domingo, 21 de diciembre de 2008

15

Pienso que alguna vez te quise
en una casa antigua,
con un patio soleado
y una música extraña en las paredes.
Te evoco lentamente
-casi inmóvil-.
Te sueño bajo los techos altos,
en la crujiente puerta de hierro de la entrada,
recorriendo tu imagen en un daguerrotipo,
con un breve malvón entre las manos.
Curiosamente te recuerdo
en patios que nunca he conocido;
tal vez por eso los balcones cansados
me demoran
cuano atravieso el Sur,
la tarde tristona de San Telmo

Horacio Salas (La soledad en pedazos -1964)

Adiós

Como un aguijón de avispa
la tarde me duele
en los dados
echados para siempre.

Marcelo Zamboni